El ser humano en sus primeros años es particularmente ego-centrico, todo se trata sobre él y para él, y dependerá de nuestras relaciones, de nuestra historia familiar y de lo que hemos aprendido de personas referentes, y por supuesto de la experiencia propia con nuestros objetos de amor, lo que determinará la comprensión sobre el arte del amor, donde cohabitan y se interceptan los mundos (físico y espiritual) y por lo tanto el libre albedrío puede existir.
En el hebreo, hay una palabra que se lee como Tzim Tzum, este es un concepto explicado por Isaac Luria en el cual hay una contracción para que después pueda haber un espacio para algo más, esto esta basado en el proceso de la creación, donde el Señ-r dijo «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza», en medio de un lugar que estaba «desordenado y vacío», por lo tanto Tzim Tzum es «Crear Espacio», es decir aparto parte de mí, para dar espacio a otro que no soy yo y ocuparme de él como si fuese yo.
¿Porque Di-s creo la humanidad? preguntan repetidamente y la respuesta es porque Di-s quería mostrar su misericordia y amor, por ello toma distancia de sí mismo (hace constricción de sí mismo), crea lo finito, lo físico, lo no trascendente, lo afectado por el tiempo y el espacio, convirtiéndose la humanidad en el objeto de su amor, no sin antes dejar claro, que su amor no esta supeditada a la voluntad del hombre y es por ello que le capacita para su libre albedrío.
Una de las señales de la madurez y el crecimiento personal es la capacidad para abrazar a alguien más que no seamos nosotros – es por esto, que los rabinos dicen que ciertamente un hombre que se casa, tiene «confianza» (emuna – fe) pero que esta no será completa sino hasta que tenga hijos – Esta declaración milenaria, se refiere a que cuando el hombre tiene hijos, acepta responsabilidad sobre esa vida y sobre todas las que están bajo su techo y se llena de completa «confianza» (de completa emuna, de completa fe) ya que sus esfuerzos, ya no son (ego-centrícos) para él o para ella, sino para su prole, y hacen de todo con tal de su mejor beneficio, su mejor destino, dejando de lado su propio bienestar, es decir crearon un espacio completo de manera total.
Cuando amamos, hay espacio para un compromiso, cuando hay un espacio para ceder, para anteponer las necesidades o las prioridades de otros, entonces estamos hablando de ese espacio «creado» donde el amor no se basa en un acto transaccional, ni mucho menos condicional o un acto de manipulación, sino que todo lo que se hace, es sencillamente «porque hay amor».
Esta parte es la que diferencia el amor, de cualquier sensación (complementándolo perfectamente) que pueda parecerse como: deseo, pasión, querer, anhelar, ya que el amor es un profundo, amplio y alto deseo de aceptación, que lejos de idealizar, lo que sucederá es que las personas pueden visualizar los defectos de los demás y aún así amar, porque ya no se trata de mí, sino de nosotros, hay un espacio que fue creado para que esa persona, objeto de nuestro amor lo ocupe y se sienta ella, porque yo soy yo.
Hace un año con cinco meses, escuche como una pareja que se amaba profundamente, tenían una excelente comunicación, reían, peleaban, construían, creaban, proyectaban sus deseos, metas y demás, de repente hubo un anuncio: ¿Qué te parecería si abrimos nuestra relación? – es decir podemos entablar una relación con otros y sino nos gusta, podemos regresar; al recibir una negativa a esta solicitud, entonces una de aquellas personas dijo «Entonces divorciémonos» – ¿Que podria haber pasado?, ¿Demasiado espacio?, ¿El espacio era ya de alguien más?, ¿Ya no había espacio para otro, porque el interés era solamente el propio?
A pesar de también haber experimentado el divorcio hace tan sólo 7 meses atrás, sigo creyendo que el amor es un estado, una emoción, un compromiso, una medicina que es maravillosa, ya que al llegar a una etapa donde las personas que se aman, lejos de ser compañeros, son amantes, cómplices, se convierten en familia, es algo maravilloso, llega un momento de conexión místico donde las personas experimentan el dolor, la preocupación y a pesar de estar a miles de kilómetros de distancia, se hacen una llamada que comienza con un «Hola, sentí que te pasaba algo… ¿Estas bien?» – eso es sencillamente genial, porque el espacio abre los sentidos físicos, afectivos, cognitivos y espirituales, esto se puede confirmar con lo que la ciencia estudia hoy, por medio de los neurocientificos, «la conciencia» (conciousness) y los estudios con gemelos, matrimonios y demás.
Ninguna explicación es suficiente para describir el amor, nada le hace justicia.
El amor dice Peter Rollings es el valorar de manera subjetiva una experiencia, es decir cualquiera puede tratar de hablar de un CD, valorando la portada, los colores, el diseño de un CD, pero nadie puede hablar de la música dentro de este, sino hasta no escuchar y cerrar los ojos para experimentar lo que produce la melodía, los ritmos, las pausas, los altos, los bajos en el cuerpo, en las emociones, en la corriente que fluye por el cuerpo.
Mi terapeuta me hizo hacer un ejercicio hace varios meses atrás sobre lo que yo agradecía y perdonaba de mi ex-esposa, ciertamente lo que agradecía, eran esos momentos «de película» donde «los protagonistas experimentan una magia entre sí» y siempre creí que juntos teníamos un propósito eterno, nos observaba a nosotros mismos muy fuertes, muy distintos, muy libres, no había nada más genial que ver sus ojos al despertar, al tomarse el cafe, al hablarme mientras caminábamos cada domingo, mientras nos agarrábamos las manos, al regresar a casa y saber que estaba ahí, o al experimentar esa sensación donde ella se había convertido en mi familia, no recurría a nadie fuera de casa, todo lo que tenia estaba ahí ; todo esto paso por 9 años completos y maravillosos, donde sinceramente no sé que fue lo que pasó, solamente puedo decir que aunque el proceso de divorcio esta por terminar ese espacio para ella esta todavía «intacto» como las pertenencias de una persona que ha perecido y el doliente todavía las observa ante su gran perdida, en medio del proceso de aceptación, llegará el momento de sanar y al fin de buscar readaptación y equilibrio.
¿Hay que arrepentirse de «crear espacios»? – Pues a mí parecer y es mi opinión personal, yo diría que NO, ya que el hecho de haber llegado a ese momento, a ese estado, donde tenemos en cuenta nuestras faltas, errores, imperfecciones, aún así el amor suple, satisface y llena, nos permite experimentar el amor divino y vernos reflejados en alguien de carne y hueso, nos permite valorar «el verdadero amor» que debemos de proveer a los demás y se convertirá en una hermosa experiencia que nos habra nutrido y enseñado.
PD: En los próximos escritos, estaremos hablando sobre más implicaciones y aprendizajes sobre el amor, pero también sobre el divorcio.
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